La endodoncia del siglo XXI.
Una vez que las bacterias consiguen llegar hasta el nervio, alojado en el interior de los dientes, empieza un proceso irreversible y doloroso, que acaba con una infección en el hueso adyacente. El nervio y los pequeños vasos que hay en los dientes se acaban necrosando, quedando el interior del diente lleno de mircoorganimos que no pueden ser atacadas por las defensas del organismo, porque la sangre ya no llega al interior del diente. Tampoco los antibióticos, que circulan perfectamnte por la sangre, pueden luchas contra las infecciones presentes dentro del diente.
Cuando los conductos del interior del diente están completamente contaminados, se liberan más bacterias y toxinas hacia el interior del hueso, y eso puede acabar formando un granuloma, una fístula, un quiste o incluso un gran flemón o absceso.

Todo eso puede llegar a doler mucho, pero en algunos casos molestar sólo ligeramente o, curiosamente, no molestar en absoluto. Un error frecuente es pensar que si no hay dolor no hay problema.
Para poder solucionar estos procesos y salvar el diente afectado, hace falta llevar a cabo tratamientos de endodoncia (o tratamiento de los conductos del diente). Se trata de la limpieza y desinfección de los túbulos del interior, justo hasta la punta de la raíz. Para ello se utilizan localizadores de ápices. Después hay que tapar el espacio de forma hermética, y así eliminar el recoveco donde las bacterias se reproducían sin ser atacas por el organismo. Este proceso es minucioso, ya que no es fácil controlar a todas las bacterias que viven en los tubulillos dentinarios, porque hay unos 30.000 por mm2, con un diámetro de 2 a 4 micras, con bacterias que miden 1 micra.

En realidad todo este proceso puede compararse a un tratamiento microquirúrgico bastante complejo, en el que es difícil conseguir resultados perfectos. En la Clínica Dental Padrós Muntaner hay un área específica para los tratamientos de endodoncia, y se utilizan en estos tratamientos los últimos avances tecnológicos que permitirán en mejor tratamiento:
El microscopio operativo Zeiss, el endoscopio, las lentes de aumento y las cámaras intraorales.
El radiovisiógrafo, que nos permite con muy baja radiación hacer radiografías instantáneas para controlar todo el procedimiento.
Los instrumentos superelásticos de níquel-titanio.
Los localizadores electrónicos de ápice, para detectar de forma exacta el punto en el que acaba el conducto de cada nervio al final de la raíz.
Los motores programados para llevar a cabo determinados movimientos, con torques predeterminados.
Los sistemas de sellado termoplástico. Etc.
La Clínica Dental Padrós Muntaner es autora de un sistema propio de adhesivos dentinarios, método original en endodoncia, que consigue un excepcional sellado del relleno interno, que ha merecido dos premios.
Todos estos elementos se han implementado en la Clínica Padrós con la idea de conseguir un alto porcentaje de éxito en los tratamientos de endodoncia, y demás tratamientos de odontología sin olvidar el máximo confort para el paciente durante y después de cada tratamiento.